Eso de la alta cocina son palabras mayores. Restaurantes de lujo, menús largos y estrechos, cocina de autor con productos de temporada… Eso, palabras mayores. La alta cocina es la hermana gemela de la alta costura, salvando las diferencias y sin querer ofender válgame el cielo. Esos modelitos que salen por las principales pasarelas del mundo son obras de arte en tela. La alta cocina lo es con carnes, verduras y pescados. Creatividad al máximo, ganas de sorprender y contentar a los paladares de los expertos más exigentes. Platos y modelos que no son ni para comer a diario ni para lucirlos en la oficina. Casi más para mirar que para catar. Para oler, muchas veces…, para sentir sobre todo. En Cantabria, la alta cocina se vive con intensidad y juventud. Los nuevos cocineros son los que tienen en sus manos la paleta de colores, el hilo y la aguja de platos sorprendentes. Los Brezos, junto a la gasolinera de San Mamés de Meruelo es un buen ejemplo de creatividad en la cocina, de buen gusto, a pesar de que el aspecto exterior del restaurante sea muy poco atractivo. Fácil de localizar, tiene un menú degustación sorprendente y a buen precio.